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Le contamos qué puntos es imprescindible revisar en su coche para que su viaje sea seguro.

Los cuidados del invierno

  • Dirección, limpiaparabrisas, frenos, sistema de climatización, betería, neumáticos, luces…

En invierno, la situación climatológica hace que la conducción sea más ‘delicada’ y pone en riesgo nuestra seguridad si no tomamos en cuenta una serie de detalles importantes. 
La temperatura del asfalto reduce la adherencia de los neumáticos, y más cuando llueve o nieva. El hielo también hace su aparición, y se mantiene prácticamente todo el día en las zonas de penumbra que podemos encontrar en algunos lugares, incluso aunque haga sol si la temperatura es muy fría. 
Otra dificultad añadida que se produce en la estación invernal es la reducción de la visibilidad. Además de menos horas de luz, la lluvia y la nieve afectan a la visión del conductor y empañan los cristales del vehículo.
Por ello, es fundamental tener el coche a punto. Es muy recomendable, de cara al invierno, revisar ciertos componentes esenciales del coche para no llevarnos sorpresas desagradables. Nosotros mismos podemos comprobar que algunos de esos elementos están en condiciones óptimas, pero es recomendable pasar por el taller para mayor seguridad. 
Veamos qué puntos debemos revisar para movernos con más tranquilidad en los meses más fríos del año:
■ Dirección
La dirección debe transmitir al conductor con fidelidad las sensaciones del firme sobre el que circulamos, en sintonía con los neumáticos.
■ Limpiaparabrisas
Hay que revisar el estado de los limpiaparabrisas, aunque los hayamos sustituido recientemente, y asegurarnos de que barren en condiciones toda la superficie del cristal delantero –y también del trasero cuando se dispone de ellos–.
■ Líquidos y anticongelante
El nivel de todos los líquidos del coche debe ser el que marca el fabricante, y no puede faltar el anticongelante que asegure que el motor soporta sin problemas las bajas temperaturas. 
■ Frenos
Con bajas temperaturas se alarga la distancia de frenado. Por ello, es especialmente importante asegurarnos del perfecto funcionamiento y eficacia de los frenos y del tacto del pedal. Los latiguillos, discos y pastillas –en especial estas últimas– están sometidas a desgaste y hay comprobar su estado. El líquido del circuito de frenos debe estar al nivel que marca el depósito para que la presión sea la adecuada. 
■ Sistema de climatización
El sistema de climatización del coche debe funcionar correctamente para que cumpla con efectividad su función. La calefacción mantendrá una temperatura adecuada en el habitáculo, pero también eliminará –mejor en este caso el aire acondicionado– el empañado de los cristales. Si los filtros están sucios hay que cambiarlos.
■ Luces
La mayoría de vehículos de última generación están equipados con luces diurnas. Si no dispone de ellas, es especialmente recomendables encender las de cruce. El correcto funcionamiento de todas las luces es siempre imprescindible, en todas sus posiciones. Y también hay que revisar la regulación de la altura para aprovechar al máximo la parábola luminosa que crean, y que iluminen con eficacia sin deslumbrar al resto de conductores. 
También hay que comprobar el resto de las luces, incluyendo los antiniebla, importantes para ver y ser vistos.
■ Neumáticos
Son el punto de unión entre el vehículo y el suelo sobre el que circulamos, de ahí la importancia de su buen estado. La ley establece que la profundidad del dibujo debe de ser de al menos 1,6 mm, aunque teniendo en cuenta nuestra seguridad es recomendable que los canales para desalojar el agua o la nieve alcancen los 3 mm. 
Además debemos comprobar que los flancos y la superficie de contacto del neumático no muestren cortes ni deformaciones, ni desgastes irregulares. Deben estar homologados con las características de nuestro coche y siempre ir inflados con la presión que marca el fabricante, para lo que deberemos revisarla regularmente.
■ Batería
Las temperaturas bajas reducen la eficacia de la batería, que en estas épocas está sometida a una mayor exigencia para responder a las necesidades de los sistemas periféricos del vehículo (luces, climatización, limpiaparabrisas, luneta térmica, calefacción asientos…). El líquido de las celdas de la batería debe estar en el nivel adecuado y es recomendable proteger los bornes con grasa específica, para no encontrarnos que nuestro coche no arranca.

Que no se le olviden…

En invierno, las cadenas de nieve deben ir siempre en nuestro maletero. Aunque no vayamos a subir ningún puerto, en un viaje nos puede sorprender una tormenta y dejarnos bloqueados. Es importante saber instalarlas, sobre todo las metálicas. 

Si vamos a viajar, tampoco sobra llevar en nuestro coche una serie de elementos, que nos ayudarán en caso de avería. Así, no pueden faltar los obligatorios como el chaleco reflectante, los triángulos de emergencia, el gato para colocar la rueda de repuesto –si no utilizamos kit antipinchazos o neumáticos runflat– o lámparas de recambio. Pero también podemos llevar fusibles de repuesto, pinzas para la batería, correas, herramientas y guantes. No está de más una manta ante la posibilidad de quedarnos retenidos por la nieve, e incluso una pequeña pala.
 

Fuente: Revista DGT

Los cuidados del invierno

  • Dirección, limpiaparabrisas, frenos, sistema de climatización, betería, neumáticos, luces…

En invierno, la situación climatológica hace que la conducción sea más ‘delicada’ y pone en riesgo nuestra seguridad si no tomamos en cuenta una serie de detalles importantes. 
La temperatura del asfalto reduce la adherencia de los neumáticos, y más cuando llueve o nieva. El hielo también hace su aparición, y se mantiene prácticamente todo el día en las zonas de penumbra que podemos encontrar en algunos lugares, incluso aunque haga sol si la temperatura es muy fría. 
Otra dificultad añadida que se produce en la estación invernal es la reducción de la visibilidad. Además de menos horas de luz, la lluvia y la nieve afectan a la visión del conductor y empañan los cristales del vehículo.
Por ello, es fundamental tener el coche a punto. Es muy recomendable, de cara al invierno, revisar ciertos componentes esenciales del coche para no llevarnos sorpresas desagradables. Nosotros mismos podemos comprobar que algunos de esos elementos están en condiciones óptimas, pero es recomendable pasar por el taller para mayor seguridad. 
Veamos qué puntos debemos revisar para movernos con más tranquilidad en los meses más fríos del año:
■ Dirección
La dirección debe transmitir al conductor con fidelidad las sensaciones del firme sobre el que circulamos, en sintonía con los neumáticos.
■ Limpiaparabrisas
Hay que revisar el estado de los limpiaparabrisas, aunque los hayamos sustituido recientemente, y asegurarnos de que barren en condiciones toda la superficie del cristal delantero –y también del trasero cuando se dispone de ellos–.
■ Líquidos y anticongelante
El nivel de todos los líquidos del coche debe ser el que marca el fabricante, y no puede faltar el anticongelante que asegure que el motor soporta sin problemas las bajas temperaturas. 
■ Frenos
Con bajas temperaturas se alarga la distancia de frenado. Por ello, es especialmente importante asegurarnos del perfecto funcionamiento y eficacia de los frenos y del tacto del pedal. Los latiguillos, discos y pastillas –en especial estas últimas– están sometidas a desgaste y hay comprobar su estado. El líquido del circuito de frenos debe estar al nivel que marca el depósito para que la presión sea la adecuada. 
■ Sistema de climatización
El sistema de climatización del coche debe funcionar correctamente para que cumpla con efectividad su función. La calefacción mantendrá una temperatura adecuada en el habitáculo, pero también eliminará –mejor en este caso el aire acondicionado– el empañado de los cristales. Si los filtros están sucios hay que cambiarlos.
■ Luces
La mayoría de vehículos de última generación están equipados con luces diurnas. Si no dispone de ellas, es especialmente recomendables encender las de cruce. El correcto funcionamiento de todas las luces es siempre imprescindible, en todas sus posiciones. Y también hay que revisar la regulación de la altura para aprovechar al máximo la parábola luminosa que crean, y que iluminen con eficacia sin deslumbrar al resto de conductores. 
También hay que comprobar el resto de las luces, incluyendo los antiniebla, importantes para ver y ser vistos.
■ Neumáticos
Son el punto de unión entre el vehículo y el suelo sobre el que circulamos, de ahí la importancia de su buen estado. La ley establece que la profundidad del dibujo debe de ser de al menos 1,6 mm, aunque teniendo en cuenta nuestra seguridad es recomendable que los canales para desalojar el agua o la nieve alcancen los 3 mm. 
Además debemos comprobar que los flancos y la superficie de contacto del neumático no muestren cortes ni deformaciones, ni desgastes irregulares. Deben estar homologados con las características de nuestro coche y siempre ir inflados con la presión que marca el fabricante, para lo que deberemos revisarla regularmente.
■ Batería
Las temperaturas bajas reducen la eficacia de la batería, que en estas épocas está sometida a una mayor exigencia para responder a las necesidades de los sistemas periféricos del vehículo (luces, climatización, limpiaparabrisas, luneta térmica, calefacción asientos…). El líquido de las celdas de la batería debe estar en el nivel adecuado y es recomendable proteger los bornes con grasa específica, para no encontrarnos que nuestro coche no arranca.

Que no se le olviden…

En invierno, las cadenas de nieve deben ir siempre en nuestro maletero. Aunque no vayamos a subir ningún puerto, en un viaje nos puede sorprender una tormenta y dejarnos bloqueados. Es importante saber instalarlas, sobre todo las metálicas. 

Si vamos a viajar, tampoco sobra llevar en nuestro coche una serie de elementos, que nos ayudarán en caso de avería. Así, no pueden faltar los obligatorios como el chaleco reflectante, los triángulos de emergencia, el gato para colocar la rueda de repuesto –si no utilizamos kit antipinchazos o neumáticos runflat– o lámparas de recambio. Pero también podemos llevar fusibles de repuesto, pinzas para la batería, correas, herramientas y guantes. No está de más una manta ante la posibilidad de quedarnos retenidos por la nieve, e incluso una pequeña pala.
 

Fuente: Revista DGT

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