En Lisboa (Portugal), los semáforos darán prioridad de paso a los autobuses de transporte público que circulen con retraso respecto al horario previsto para aumentar la puntualidad de este servicio. El Ayuntamiento lisboeta quiere dar mayor regularidad y puntualidad al servicio público de autobuses y, a la vez, reducir el número de vehículos que circulan por sus calles, para lo que se plantea aplicar un sistema que, mediante sensores colocados en los semáforos, estos reconozcan a los autobuses y que, en caso de marchar con retraso respecto a su horario, al acercarse aquellos cambien a fase verde y recuperen parte del tiempo perdido. En principio, este proyecto –denominado Gertrudes– se aplicará en dos zonas de Lisboa (Entrecampos y Marqués de Pombal), aunque ya está pensando en ampliarse a otras zonas de la capital portuguesa.
Durante 2017, en Lisboa se produjeron más de 1.300 situaciones en las que coches mal aparcados requirieron de la intervención de la policía municipal para retirar los mismos, lo que provocaron retrasos que se calcularon en torno a 937 horas de interrupción en el servicio público de transporte.
En este sentido, las encuestas realizadas a los ciudadanos señalan que la puntualidad y la regularidad son dos requisitos que desearían ver mejorados en el transporte público de Lisboa. «Sabemos que tenemos que reducir los vehículos en la ciudad de Lisboa –señaló en el diario Público, de Lisboa, el concejal de movilidad Miguel Gaspar–, pero para esto debemos tener un transporte público de calidad».
En Lisboa (Portugal), los semáforos darán prioridad de paso a los autobuses de transporte público que circulen con retraso respecto al horario previsto para aumentar la puntualidad de este servicio. El Ayuntamiento lisboeta quiere dar mayor regularidad y puntualidad al servicio público de autobuses y, a la vez, reducir el número de vehículos que circulan por sus calles, para lo que se plantea aplicar un sistema que, mediante sensores colocados en los semáforos, estos reconozcan a los autobuses y que, en caso de marchar con retraso respecto a su horario, al acercarse aquellos cambien a fase verde y recuperen parte del tiempo perdido. En principio, este proyecto –denominado Gertrudes– se aplicará en dos zonas de Lisboa (Entrecampos y Marqués de Pombal), aunque ya está pensando en ampliarse a otras zonas de la capital portuguesa.
Durante 2017, en Lisboa se produjeron más de 1.300 situaciones en las que coches mal aparcados requirieron de la intervención de la policía municipal para retirar los mismos, lo que provocaron retrasos que se calcularon en torno a 937 horas de interrupción en el servicio público de transporte.
En este sentido, las encuestas realizadas a los ciudadanos señalan que la puntualidad y la regularidad son dos requisitos que desearían ver mejorados en el transporte público de Lisboa. «Sabemos que tenemos que reducir los vehículos en la ciudad de Lisboa –señaló en el diario Público, de Lisboa, el concejal de movilidad Miguel Gaspar–, pero para esto debemos tener un transporte público de calidad».