MOTORISTAS MÁS SEGUROS
- Un sencillo movimiento de giro de cabeza que hace un motorista para adelantar a otro vehículo, por ejemplo, y comprobar que puede realizar la maniobra con seguridad, le supone no mirar lo que ocurre frente a él durante unos 3-5 segundos.
Un motorista valenciano, Miguel José Catalá Albors, inspirándose en los espejos retrovisores que utilizan autobuses y camiones, ha inventado un retrovisor para motos que anula el ángulo muerto. Consta de dos espejos: uno fijo, que aporta información de la parte trasera, y otro oblicuo –en forma de L invertida y movible– que da información de lo que ocurre tanto a derecha como a izquierda. Catalá asegura que su invento sería «de vital importancia al iniciar una maniobra de desplazamiento lateral, especialmente cuando los motoristas llevan cascos integrales (que resta visibilidad)”.
El movimiento de giro de cabeza es lento y recuerda que “se recorren 100 metros de carretera sin mirar hacia adelante, que son los 3-5 segundos que tarda en hacer esta comprobación”. No utiliza espejos cóncavos o de aumento, como algunos que se comercializan, por tanto, se tiene una percepción de la velocidad, del tamaño de los objetos o de la distancia más real. Además está integrado en el chasis y no en el manillar, y, por tanto, “no gira en sentido contrario a la zona que se pretende visualizar”. Ya ha conseguido vender más de 5.000 retrovisores.
Fuente: Revista DGT
MOTORISTAS MÁS SEGUROS
- Un sencillo movimiento de giro de cabeza que hace un motorista para adelantar a otro vehículo, por ejemplo, y comprobar que puede realizar la maniobra con seguridad, le supone no mirar lo que ocurre frente a él durante unos 3-5 segundos.
Un motorista valenciano, Miguel José Catalá Albors, inspirándose en los espejos retrovisores que utilizan autobuses y camiones, ha inventado un retrovisor para motos que anula el ángulo muerto. Consta de dos espejos: uno fijo, que aporta información de la parte trasera, y otro oblicuo –en forma de L invertida y movible– que da información de lo que ocurre tanto a derecha como a izquierda. Catalá asegura que su invento sería «de vital importancia al iniciar una maniobra de desplazamiento lateral, especialmente cuando los motoristas llevan cascos integrales (que resta visibilidad)”.
El movimiento de giro de cabeza es lento y recuerda que “se recorren 100 metros de carretera sin mirar hacia adelante, que son los 3-5 segundos que tarda en hacer esta comprobación”. No utiliza espejos cóncavos o de aumento, como algunos que se comercializan, por tanto, se tiene una percepción de la velocidad, del tamaño de los objetos o de la distancia más real. Además está integrado en el chasis y no en el manillar, y, por tanto, “no gira en sentido contrario a la zona que se pretende visualizar”. Ya ha conseguido vender más de 5.000 retrovisores.
Fuente: Revista DGT